Un trabajador de treinta años siente algo por su colega heterosexual. Durante meses quiso hacer un movimiento pero no pudo encontrar el coraje. Una tarde, el tipo se sintió bastante caliente y se ofreció a hacerse una paja. ¿Cómo podría negarse? Cuando vio la cosa masiva que colgaba entre sus piernas, ¡supo que tenía que subirla por el coño!