Si vas a Hustlaball de Berlín para ofrecer tu trasero, una vez que estés allí, no hay vuelta atrás. Un manejador te guía y te ofrece a quien quiera follar tus agujeros. no podrás ver a los dueños de los 10s de gallos que vas a servir, no sabrás los nombres de todos los machos calientes que te clavan las pollas hasta las entrañas. ¡Estás ahí para complacer y te encantará!