En un sótano subterráneo está atado este joven gay sumiso. Un chico de apenas 20 años pero ya adicto al sexo gay duro. Desnudo, con su gran polla afuera, espera que su amo venga a entrenarlo. Quiere ser un buen cerdo gay. Llega el jefe, vestido con un extraño traje. Se divierte colgándolo un poco, haciéndole sentir que está atado y a su merced. El chico quería sexo gay duro, ¡va a tenerlo! No verá la gran polla de su amo: sólo se dejará usar como un objeto. Las manos del dominador gay sobre él, descubre el placer de la orilla. Creía que conocía el placer de la paja, pero en realidad no es así: nada es mejor que las manos de otro hombre sobre sí mismo para pulir su polla. El tipo va a hacer que se le ponga tan dura que su esperma va a chorrear en el traje de arriba. Como un buen chico, el sumiso gay lo lamerá, por supuesto.