Un grupo de amigos que juegan videojuegos en casa parece bastante normal. Nada indicaría su verdadera naturaleza: un grupo de matones de la mafia a quienes les gusta intimidar a cualquiera que les causa problemas. Cuando un agente inmobiliario llama a su puerta para reclamar el alquiler mensual, los chicos malos se unen contra él. No solo se niegan a pagarle, sino que lo obligan a entrar en un cuatro-kinky. Al agente se le follan los agujeros. No se intercambia dinero, ¡se le paga en la naturaleza!