Peto Coast envía a su compañero de a través de los pasillos de una sauna para encontrar un submarino obediente. No le toma mucho tiempo poner sus manos sobre una víctima. Al pobre tipo se le permite abrir la boca solo para dejar que un gallo se deslice hacia su garganta mientras otro entra en su culo apretado ... Peto Coast, Luis Endres y Frank Philipp